Los 40 años es una edad fantástica. Ya no somos unos niños, hemos tenido hijos, solemos estar ya asentados en nuestra carrera y toca empezar a disfrutar, y también a cuidarse. Los 40 son una edad fantástica para empezar a ir al gimnasio, a comer bien y también a cuidarse los dientes. La ortodoncia es una cosa que solemos retrasar. En muchos casos, puede que ya hayamos tenido una ortodoncia cuando fuimos adolescentes, pero los dientes se han vuelto a torcer. Ahora es el momento de usar una definitiva y que funcione.

Si te pones ahora mismo una ortodoncia con 40 años, lo bueno es que a los 50, 60 y 70 tendrás una sonrisa perfecta. Ha mejorado mucho la técnica. Ya no solo existe la opción de brackets visibles en la boca. Nuestros pacientes de cuarenta años eligen ortodoncia invisible. Nosotros trabajamos con el sistema Spark. Se basa en un conjunto de fundas transparentes que vas intercambiando de manera semanal. Por lo tanto, es muy cómodo. Te los quitas para comer o para beber en caso de que vayas a beber algo que no sea agua. Por eso se adapta mejor a esta edad.

hombre sonriendo

Los 40 años es una edad fantástica para ponerse ortodoncia

Por eso vale mucho la pena decidirse a ponerse ortodoncia a los 40 años por la comodidad de la ortodoncia invisible, porque entre un año y dos años te lo quitas de encima, y encaras esta preciosa parte de tu vida con la dentadura perfecta y con una sonrisa de diez. En la clínica de ortodoncia González Dans te realizamos un diagnóstico completo, diseñamos el tratamiento y te vamos aplicando las diferente técnicas que han de usarse de forma paralela a la propia ortodoncia, como la de stripping, para ir abriendo espacios en tu boca para que la ortodoncia funcione mejor.

Para nosotros, la práctica de la ortodoncia no significa hacer las cosas rápido, sino con el tiempo que se necesite. Por eso, nuestra ortodoncia se terminará cuando se tenga que terminar, y eso será cuando alcancemos tu máxima satisfacción. Si hay que tardar más, se tarda. Porque a los 40 años ya no estamos para vivir la vida con prisas. Toca cuidarse la piel, el cuerpo, la salud y también tus dientes.