¿Pueden llegar a doler los dientes al ponerme Invisalign o el sistema Spark? Te explicamos en qué ocasiones esas pequeñas molestias pueden ser normales y en cuáles no y has de ponerte en contacto con nosotros para revisar que todo vaya de la forma correcta.
Todo tratamiento de ortodoncia invisible en nuestra clínica de ortodoncia empieza del mismo modo: realizamos un diagnóstico, hacemos un mapa de tu boca y una simulación de cómo, diente a diente, ha de moverse para que tú tengas la sonrisa perfecta. Luego, mandamos esta simulación a nuestros laboratorios esta simulación y nos devuelven el conjunto de fundas que componen el sistema Spark.
Cada una de esas fundas llevan tus dientes a dónde nos interesa. Una a una, de la primera a la número 20 (aproximadamente) van desplazando tus dientes hacia su sitio. Sabiendo esto, ¿por qué a veces puede haber ciertas molestias en los dientes que podemos identificar con dolor? Porque cuando pasamos de una funda a la otra se ejerce una primera presión que inicia el nuevo movimiento, y puede provocar algo de incomodidad.
Una leve molestia con el cambio de funda de la ortodoncia invisible es normal y desaparece
Pero es leve, no dura más que ese mismo día unas horas y luego se esfuma. Esa molestia es una forma de saber que la ortodoncia invisible está funcionando. A medida que avancen los días, y se acerque el siguiente cambio de funda, verás cómo esa ligera incomodidad desaparece. Incluso notarás tu Invisalign algo más flojo. Entonces, si esto es lo normal, ¿cuándo el dolor sí es preocupante? No ocurre casi nunca, pero puede que el diseño de Invisalign haya llegado con alguna incorrección desde nuestros laboratorios. Es algo que ocurre 1 de cada 1000 veces.
En esa situación, es tan sencillo como ponerte en contacto con nosotros, ajustar y avanzar con el tratamiento. Pero no te preocupes, es un dolor que siempre es ligero y solo suele darse en los minutos posteriores al cambio de funda a funda.
¿Qué hacer si noto una molestia excesiva?
Puede ser que alguna parte de la funda esté doblada. Por ello lo mejor es retirarla y examinarla, colocándola bien. También hay otra molestia muy habitual que es que quede algo de comida o de restos que te molesten, lo que se elimina limpiandola. Con una buena higiene, verás cómo no hay dolor.